lavanguardia - jueves, 13 de diciembre de 2007 La anomalía de Nanjing
Nanjing simboliza los desastres de la ocupación japonesa en China, de 1931 a 1945, una agresión que significó la muerte de quizá 23 millones de chinos en el conjunto de Asia, según la siempre incierta y aproximada estimación de algunos historiadores occidentales, 35 millones sólo en China, según la versión oficial china. Fue seguida de una gran matanza de prisioneros de guerra chinos (un estatuto que el ejército imperial no reconocía) y de una masacre de civiles con masiva violación de mujeres, que se extendió durante seis semanas. Más allá de las cifras de 50.000 a 300.000 muertos, según las estimaciones (más de 200.000, según el Tribunal Internacional de Tokio, en Nanjing y su región), fue un extraordinario acto de barbarie que muchos en Japón aun desmienten como invención y exageración de la propaganda comunista china. Otros lo mezclan con otro tema ciertamente muy grave pero de distinta naturaleza; las barbaridades del maoísmo, cuyas abultadas víctimas fueron chinas, o miembros de naciones que formaban parte de China, no ciudadanos de estados
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