Japón detiene a su asesino más buscado

La Policía de Osaka detuvo ayer a uno de los criminales más buscados de Japón: Tatsuya Ichihashi, de 30 años. Culmina así una operación que comenzó en marzo de 2007, cuando se denunció la desaparición de la ciudadana británica Lindsay Hawker, una profesora de inglés de 22 años que había sufrido el acoso de este joven. La joven murió estrangulada, tras una brutal paliza y después de haber sido maniatada con un cordón de resina de jardinería en el apartamento del acusado, situado en Chiba, cerca de Tokio. Cuando la Policía fue a tomarle declaración, Ichihashi se dio a la fuga dejando atrás el cadáver desnudo y enterrado en la bañera. Nada más se supo del sospechoso hasta que los sanitarios de una clínica de cirugía plástica, extrañados por la actitud de Ichihashi, contactaron con la Policía y proporcionaron unas fotografías de cómo habían remodelado el rostro del joven, que ya había pasado antes por el quirófano. Se había realizado una epicantoplastia para cambiar la forma de los ojos, y le siguieron operaciones para alterar la forma de la nariz, los labios, e incluso de los pómulos. En octubre de 2008 se ofreció una recompensa de 10 millones de yenes (75.000 euros). La Policía recibió hasta 8.000 llamadas de ciudadanos que aseguraban haberlo visto. Y una de ellas, realizada por el pasajero de un ferry con destino a Okinawa, al que Ichihashi también esperaba, llevó ayer a su arresto.